octubre 30, 2025
Última actualización Julio 17, 2020

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Los Mantras



¿QUÉ? Conocer y utilizar deliberadamente los poderes e influencias del sonido.
¿CÓMO? A través del estudio y la practica continua y bien orientada.
¿PARA QUÉ? Para beneficio de nuestro crecimiento y desarrollo interno y el dominio de
la naturaleza interior y exterior.
EL SONIDO UNIVERSAL:
El Principio de Vibración dice:
?Nada está inmóvil; todo se mueve; todo vibra.? El Kybalión.
Todo movimiento es coesencial al sonido. Donde quiera que exista el movimiento, existe el
sonido. El sonido es coexistencial al movimiento.
El oído humano sólo logra percibir un limitado número de vibraciones sonoras. Empero,
por encima y por debajo de estas vibraciones que el oído registra, existen múltiples ondas
sonoras que nadie alcanza a percibir. Los peces del mar, producen sus sonidos peculiares.
Las hormigas se comunican entre sí por sonidos inaudibles para nuestra percepción física.
Los átomos, al girar alrededor de sus centros nucleares, producen ciertos sonidos
imperceptibles para el hombre. Las ondas sonoras, al actuar sobre las aguas, producen
movimientos de elevación y de presión de las aguas. Las ondas sonoras al actuar sobre el
aire producen movimientos concéntricos. El fuego, el aire, el agua y la tierra, tienen sus
notas sonoras particulares.



El Cuarto Camino



En verdad, ningún ser humano tiene derecho a ser llamado un Hombre, en el pleno sentido
de la palabra, hasta que sus cuatro cuerpos se hayan desarrollado totalmente. Por eso, el
Hombre verdadero posee numerosas cualidades que el hombre ordinario no tiene. Todas las
religiones, todas las antiguas enseñanzas aportan la idea para el desarrollo pleno de los
cuerpos internos, y todas indican caminos que llevan a la adquisición y el desarrollo de la
consciencia.
Hace miles de años, la gente llegó a la idea de que el ser humano puede cambiar, que puede
adquirir algo que no obtuvo. Lo que podemos adquirir fue expresado de distintas maneras y
encarado desde diferentes ángulos, pero la idea general fue siempre la misma: que el ser
humano puede desarrollarse, que puede adquirir algo nuevo. De modo que se formaron tres
caminos correspondientes a la división del hombre en Hombre Nº.1, Hombre Nº.2, y Nº.3.
En este sentido algunas enseñanzas comparan al ser humano con una casa de cuatro
habitaciones. El ser humano vive en la más pequeña y la más miserable, sin sospechar en lo
más mínimo, hasta que se le indique, de la existencia de las otras tres, que están llenas de
tesoros. Cuando oye hablar de ellas, comienza a buscar las llaves de estas habitaciones,
especialmente de la cuarta, la más importante de todas. Y cuando un hombre ha encontrado
el medio de penetrar en ella se convierte realmente en el amo de la casa porque es solamente
entonces que la casa le pertenece plenamente y para siempre.



Los Siete Cuerpos Parte II



Avanzar más allá del cuarto cuerpo es lo más significativo. Hasta el cuarto cuerpo eres humano. Ahora al alcanzar el quinto, sexto y séptimo principio eres sobrehumano. En el primer cuerpo, eres sólo un animal. Sólo con el segundo cuerpo aparece tu humanidad. Y sólo con el cuarto florece completamente. La civilización nunca ha avanzado más allá del cuarto. Trascender el cuarto es trascender lo humano. No podemos clasificar a Cristo como un ser humano. Un Buda, un Mahavira, un Krishna, un Moisés, un Zoroastro, se encuentran más allá de lo humano. Son sobrehumanos. Son superhombres.

Incluso aquel que se encuentra en la etapa del cuarto cuerpo nos parece sobrehumano. No lo es. Un Einstein o un Voltaire parecen sobrehumanos, pero no lo son. Son el florecimiento total del ser humano; y, puesto que nosotros nos encontramos por debajo de lo humano, ellos están por encima de nosotros. Sin embargo, no se encuentran por encima de lo humano. Sólo un Buda, un Cristo o un Zaratustra son más que humanos. Al mirar hacia arriba, al dirigir su conciencia más arriba del cuarto cuerpo, han atravesado el límite de la mente; han trascendido el cuerpo causal.

Después del quinto cuerpo, te movilizas aun a otro dominio, otra dimensión. En los primeros cuatro cuerpos, el movimiento es desde afuera hacia adentro; del cuarto al quinto es desde abajo hacia arriba; a partir del quinto es del ego al no-ego. Ahora la dimensión es diferente. Ya no se trata de afuera-adentro, arriba-abajo. Se trata de "yo" y "no-yo". Ahora el punto es, si hay un centro o no lo hay.

Una persona no tiene un centro hasta que alcanza el quinto cuerpo: se halla dividido en diferentes partes. Sólo para el quinto cuerpo existe un centro, una unidad. Este centro es el Alma Humana.

Hasta el quinto cuerpo, era necesario crear un centro. Este quinto cuerpo es la cristalización del alma. Avanzamos y encarnamos a nuestro Real Ser Íntimo, nuestro séptimo principio, el Espíritu puro. Ahora ya no hay sirvientes; el amo y señor ha tomado el mando. Ahora el amo es el amo. Ha despertado; ha regresado. Cuando el amo está presente, los sirvientes se apaciguan, se silencian.

Hemos estudiado los cuatro cuerpos inferiores del ser humano. Ahora entramos a estudiar los tres cuerpos superiores que conforman la Monada. Estos tres cuerpos superiores se conocen con los nombres de Atman, Budhi y Manas (Alma Humana, Alma Divina y el Íntimo).



Los Siete Cuerpos Parte I



Naciste con alas. ¿Para qué prefieres gatear y arrastrarte por la vida?

Tienes que crecer desde dentro hacia fuera, nadie puede enseñarte, nadie puede hacerte espiritual, no hay otro maestro, sino tu propio Real Ser Esencial.

Cuando observo mi primer cuerpo desde fuera de él, soy sólo un animal con la posibilidad de transformarme en ser humano. La única diferencia es que yo puedo llegar a ser humano y el animal no. Al menos en lo que a este punto respecta, ambos nos encontramos por debajo de la humanidad; somos subhumanos. Sin embargo, yo tengo la posibilidad de ir más allá. Y, a partir del segundo cuerpo, ocurre el florecimiento del ser humano.

En verdad, ningún ser humano común y corriente tiene derecho a ser llamado ser humano, en el pleno sentido de la palabra, hasta que sus cuatro cuerpos internos (físico, astral, mental y causal) se hayan desarrollado totalmente. De Humanoides pasamos a Humanos. Por eso, el Hombre/Mujer verdadero/a posee numerosas cualidades que el ser humano ordinario no tiene. Todas las religiones, todas las antiguas enseñanzas aportan la idea para el desarrollo pleno de los cuerpos internos, y todas indican prácticas que llevan a la adquisición y el desarrollo de estos cuerpos embrionarios.

Estudiemos los cuatro cuerpos inferiores del ser humano: Primero el Cuerpo Físico con su contra parte superior el Cuerpo Eterico, segundo el Cuerpo Astral, tercero el Cuerpo Mental y cuarto el Cuerpo Causal. En sí, las palabras no tienen significado alguno. Sólo las experiencias lo tienen. Sólo una experiencia directa respecto a estos siete cuerpos tendrá significado para ti. Para ayudarte, existen diferentes métodos, prácticas, claves a utilizar en cada plano. El desarrollo de cada uno de estos cuerpos nos hace ciudadanos conscientes para movernos a voluntad en cada una de estas dimensiones superiores de conciencia.

El hombre no es un cuerpo físico dotado de un alma, sino un alma que se encuentra en la materia a fin de sacar provecho de sus experiencias y de retornar a la Fuente Suprema.

La auténtica educación es educarse para desarrollar la conciencia.



Los 5 centros Psico-Físicos de la Máquina Humana



Debemos comprender ahora que la psicología significa en realidad el estudio de sí mismo.

Uno no puede estudiar la psicología como se estudia la astronomía; esto es, fuera de uno mismo.

Al mismo tiempo, uno debe estudiarse a sí mismo de la misma manera en que estudiaría cualquier máquina nueva y complicada. Debe conocer las partes de esta máquina, sus funciones principales, las condiciones para un trabajo apropiado, las causas del trabajo equivocado, y muchas otras cosas difíciles de describir sin usar un lenguaje especial, el que también es necesario conocer para poder estudiar la máquina.

La máquina humana tiene siete funciones diferentes:

1° El pensar (o intelecto).

2° El sentir (o emociones).

3° La función instintiva (todo el trabajo interno del organismo).

4° La función motriz (todo el trabajo externo del organismo, el movimiento en el espacio, etc.).

5° El sexo (la función de los dos principios, masculino y femenino, en todas sus manifestaciones).

Además de estas cinco, hay otras dos funciones para las cuales no tenemos nombre en el lenguaje ordinario. Estas aparecen sólo en los estados superiores de conciencia: una, la función emocional superior, que aparece en el estado de conciencia de sí; y otra, la función intelectual superior, que aparece en el estado de conciencia objetiva. Como no estamos en estos estados de conciencia, no podemos estudiar estas funciones o experimentar con ellas. Sólo las conocemos indirectamente, por aquellos que la han alcanzado o experimentado con ellas.

En la antigua literatura filosófica y religiosa de diferentes naciones hay muchas alusiones a los estados superiores de conciencia y a las funciones superiores. Lo que crea una dificultad adicional para comprender estas alusiones es la falta de división entre los estados superiores de conciencia. Lo que se llama samadhi o estado de éxtasis o iluminación, o, en trabajos más recientes, "conciencia cósmica", puede referirse a uno u otro estado: algunas veces a experiencias de conciencia de sí, y a veces a experiencias de conciencia objetiva. Y, por extraño que parezca, tenemos más material para juzgar sobre el estado más elevado, o sea, la conciencia objetiva, que, sobre el estado intermedio, esto es, la conciencia de sí, a pesar de que la anterior sólo se puede alcanzar después de la última.

El estudio de sí mismo debe comenzar con el estudio de las cuatro funciones: el pensar, el sentir, la función instintiva, y la función motriz. La función sexual sólo se puede estudiar mucho después; esto es, cuando estas cuatro funciones hayan sido suficientemente comprendidas. Al contrario de lo que afirman algunas teorías modernas, la función sexual es realmente posterior; es decir, aparece más tarde en la vida, cuando las cuatro primeras funciones ya se han manifestado plenamente, y está condicionada por ellas. Por lo tanto, el estudio de la función sexual sólo puede ser útil cuando las primeras cuatro funciones sean totalmente conocidas en todas sus manifestaciones. Al mismo tiempo se tiene que comprender que cualquier irregularidad seria o anormalidad en la función sexual hace imposible el desarrollo de sí y aun el estudio de sí mismo.



El Nivel de Ser



Nuestro nivel de ser es lo que internamente somos; la calidad, la clase de persona
que somos íntimamente; es nuestro nivel moral. Es todo lo que el ser humano es.
En el nivel de ser entran muchas cosas. Usted puede estar más consciente o mas
dormido, mas dividido o más total, más interesado en algunas cosas o menos
interesado en otras; puede mentir más o mentir menos, disgustarle la mentira o
mentir sin ninguna turbación, ser más coherente o menos coherente; tener una
sensación de mecanicidad o no; puede no tener grandes conflictos en usted mismo
o consistir en conflictos, tener comparativamente pocas emociones negativas o estar
inmerso en emociones negativas; mezquino, generoso o tacaño; casto o lujurioso;
violento o apacible; tener perseverancia mayor o menor en sus acciones, etc.



Las Dimensiones Superiores de la Naturaleza



Contamos con muchas facultades y sentidos, solo tenemos que reconfigurarlos, activarlos y
cultivarlos. La conciencia, como la capacidad de darme cuenta de mi realidad circundante y
responder en consecuencia, es lo que nos hace humanos.

Uno de los primeros pasos al estudiar nuestra realidad circundante con objetividad es el estudio
de las dimensiones superiores de la naturaleza. Estas multidimensiones son invisibles para la
mayoría de los seres humanos, debido a que los sentidos sutiles y elevados, por los cuales pueden
percibirse, están dormidos. Estos sentidos sutiles permitirán observar aquellos mundos de la
misma manera que percibimos el mundo físico por medio de nuestros sentidos físicos.
La mayoría de los seres humanos se encuentran respecto a las supra dimensiones en parecidas
condiciones a las que el que ha nacido ciego se encuentra en este mundo de los sentidos; aunque
la luz y el color estén en torno suyo, es incapaz de percibirlos.



El Ego



La palabra “yo” encierra a la vez el mayor error y la verdad más profunda, dependiendo de la forma como se utilice. La palabra “yo”, encierra el error primordial, una percepción equivocada de lo que somos, un falso sentido de identidad, ese es el ego. Esa ilusión de ser se convierte entonces en la base de todas las interpretaciones e ilusiones erradas de la realidad, de todos los procesos de pensamiento y sentimiento, las interacciones y las relaciones. La buena noticia es que esta ilusión llega a su fin cuando la reconocemos. Cuando vemos lo que no somos, la realidad de lo que somos emerge espontáneamente. Cuál es la naturaleza de este falso ser, el ego siempre tiende ir hacia afuera, busca ser alguien en función de lo que ve afuera.

Si empezamos a estudiarnos, con lo primero que tropezamos es con una palabra que usamos más que cualquier otra, y esta palabra es “yo”. Decimos “yo hago”, “yo pienso”, “yo siento”, “yo deseo”, “yo decido”, “yo quiero”, “yo odio”, “yo tengo”, “yo temo”, “yo opino”, etc. Esta es nuestra principal ilusión, pues el principal error que cometemos acerca de nosotros mismos es considerarnos uno solo y el mismo; siempre hablamos de nosotros como “yo”, y suponemos que nos referimos al mismo elemento todo el tiempo, cuando en realidad estamos divididos en centenares de “yoes” diferentes. En un momento en que digo “yo”, habla una parte de mí, y en otro momento en que digo “yo”, habla otro “yo” muy distinto.

No sabemos que no tenemos un solo “yo”, sino muchos “yoes”, diferentes, conectados con nuestros sentimientos, pensamientos, deseos y voliciones, y que no tenemos un “yo” coordinador, un “yo” constante y permanente. Incuestionablemente dentro de cada uno de nosotros viven muchísimas personas diferentes, pendencieras, algunas mejores, otras peores. Obviamente, el yo es yoes y a este conjunto de “yoes” le llamamos Ego.

Les llamamos “Yoes” porque cada una de estas entidades se ocultan bajo la palabra “Yo”, se cree yo, se hace pasar por el yo total, el yo real, el yo autentico, es un usurpador, un suplantador, ej. Cuando estamos con ira, creemos y sentimos que este yo, es el todo, está hablando a nombre de la Esencia, a nombre de mi Real Ser.

Estos “yoes” cambian todo el tiempo; uno suprime al otro; uno reemplaza al otro; y toda esta lucha compone nuestra vida interior. Cada uno de estos yoes lucha por la supremacía, quiere ser exclusivo, controla el centro intelectual, o los centros emocional, sexual y motor, cada vez que puede.

Realmente no poseemos una individualidad definida. Esta falta de unidad psicológica es la causa de tantas dificultades, amarguras, sufrimientos y conflictos internos. Desde el punto de vista psicológico, estamos cambiando continuamente. Ninguna persona es la misma en forma continua, fácilmente podemos observar los innumerables cambios y contradicciones de cada sujeto. Somos como una casa en desorden, donde en vez de un amo, existen muchos criados que quieren siempre mandar y hacer lo que les viene en gana. O como un barco en alta mar, en donde está ausente el capitán y cada uno de la tripulación toma el timón por un tiempo y quiere dirigirse a diferente destino. Así como actúa una multitud en una protesta política, así mismo funcionamos por dentro, por el ego; la multitud es el reflejo externo de lo interno.



El Manejo del Sufrimiento



OBJETIVO:
¿QUÉ? Conocer y comprender los funcionalismos de los diferentes tipos de sufrimientos.
¿CÓMO? A través de la reflexión, confrontación, análisis, auto-observación y meditación.
¿PARA QUÉ? Para aceptarlos, sacrificarlos y así acercarnos a la paz y armonía interior.
INTRODUCCIÓN:
El dolor es inevitable. (Sufrimiento real)
El sufrimiento es opcional. (Sufrimiento imaginario)
Si hubieras aprendido a sufrir, tendrías el poder de no sufrir.
Aprende pues a sufrir, y tendrás el poder de no sufrir.
El sufrimiento imaginario empieza a disolverse cuando cuestionamos la creencia o la
esperanza de que hay algún lugar donde ocultarse.
El dolor es pasajero, el triunfo es eterno.
No es el cambio lo que causa el sufrimiento. Es la resistencia a él lo que lo provoca.
Saber sufrir, uno de los cuatro requisitos del iniciado.



La Personalidad y La Esencia



La Esencia es lo que nace con nosotros, lo propio, lo eterno; la personalidad es lo que se adquiere. La Esencia es de ustedes, la personalidad no es de ustedes. Toda la vida interior del ser humano, todas sus percepciones y reacciones se dividen en esas dos partes. Hay ciertas cosas que nacen con ustedes, como ciertos rasgos físicos, estados de salud, ciertas clases de predisposiciones, virtudes, dones, inclinaciones, tendencias, resistencias, etc., pertenecen a la Esencia.

En cierta edad muy temprana, la Esencia puede ser más fuerte que la personalidad, pero ambas están sin desarrollar.

Uno nace siempre con la Esencia, pero a menudo la Esencia permanece sin mucho desarrollo en el nivel de un niñito, debido a la ausencia de una enseñanza apropiada y profunda.

Un niño pequeño no tiene aún ‘Personalidad’. Es en realidad lo que es. Es ‘Esencia’. Sus deseos, gustos, simpatías, antipatías, expresan su Ser tal como es. Pero tan pronto como empieza la así llamada Educación, la ‘Personalidad’ comienza a crecer. La ‘Personalidad’ es creada en parte por las influencias intencionales de las otras gentes –esto es, por la ‘educación’ –y en parte por imitación involuntaria del niño mismo. En la creación de la ‘Personalidad’ desempeña también un papel importante la ‘resistencia’ contra las gentes que lo rodean, y el intento de ocultarles algo que al niño le es ‘propio’ o ‘real’.

La Esencia es lo verídico en el ser humano: la Personalidad, lo falso. Pero a medida que la Personalidad crece, la Esencia se manifiesta cada vez menos y es cada vez más débil, y a menudo ocurre que la Esencia detiene su crecimiento en edad muy temprana y ya no crece más. Muchas veces sucede que la Esencia de un hombre adulto, aun de un intelectual muy inteligente, en el sentido aceptado de la palabra, de un hombre de educación superior, se ha detenido al nivel de un niño de cinco a seis años. Esto significa que todo lo que vemos en dicho hombre le es en realidad extraño. Lo que le es propio, lo que está en su Esencia, por lo general sólo se manifiesta en sus instintos y en sus emociones más sencillas. Hay casos, empero, en que la Esencia de un ser humano crece paralelamente a su Personalidad. Tales casos representan excepciones muy raras, en especial en las circunstancias de la vida culta. La Esencia tiene más probabilidades de desarrollo en los hombres que viven en contacto con la naturaleza en condiciones difíciles y constantes luchas y peligros. Más por regla general la Personalidad de tales personas está escasamente desarrollada. Tienen mucho de lo que le es ‘propio’, pero muy poco de lo que ‘no le es propio’ –es decir, carecen de educación e instrucción, carecen de cultura. La cultura crea la personalidad y es al mismo tiempo el producto y el resultado de la Personalidad. No nos damos cuenta que nuestra vida entera lo que llamamos civilización, lo que llamamos ciencia, filosofía, arte, política, es creado por la Personalidad de la gente –esto es, por lo que en ellas ‘no les es propio’.

Personalidad es un vehículo energético adquirido forjado por imitación de los que le criaron, la educación, cultura y la influencia de su medio ambiente que permite la relación del mundo interior del ser humano con el mundo exterior y las circunstancias.

La personalidad es lo que adquiere en el curso de su vida: criterios, opiniones, palabras y educación formal. Es más fácil entender la diferencia entre Esencia y Personalidad si encuentran algunos ejemplos. Aunque las dos se mezclan siempre en la vida.



La Conciencia



e invitamos a emprender un viaje de autoconocimiento interior en el cual tendrás experiencias
que transformarán de manera profunda tu vida. La meditación aportará el mapa de navegación
y las herramientas que te permitirán afrontar los obstáculos, entender los procesos internos y
encontrar respuestas que llenarán de sentido tu vida.
Vivimos en un mundo altamente complejo y cambiante sobre el cual tenemos un control
limitado. El estrés que esto produce a veces nos hace olvidar que nuestra consciencia guarda
las llaves de nuestro sufrimiento o de nuestra felicidad, más allá de las condiciones externas e
internas.
A través de este estudio aprenderemos a recordar quienes somos en realidad, más allá de las
historias que nos contamos a nosotros mismos y a los demás.



La Mente Humana



La mente es un cuerpo sutil maravilloso que tiene su ultra-fisiología y ultra patología en íntima
relación con el sistema nervioso cerebro espinal y cerebro. El cuerpo mental es el tercer cuerpo
en el hombre. Se mueve en la sexta dimensión y esta regido por 12 leyes.

El cuerpo mental está envuelto en una sedosa envoltura que lo protege y lo mantiene en línea con
el sistema nervioso cerebro-espinal. Esta envoltura es la armadura argentada del cuerpo mental,
dicha armadura está recubierta toda de ciertos “conos truncados” llamados “módulos”, los cuales
vienen a ser los sentidos del cuerpo mental.
El pensamiento es una función del cuerpo mental. El pensamiento se origina en el cuerpo mental.
El cerebro es un instrumento del cuerpo mental, pero no es la mente. El cerebro es el asiento
físico del cuerpo mental. Debemos distinguir entre cerebro y mente. El hombre puede pensar sin
cerebro físico en forma independiente de la materia cerebral. Esto ya esta demostrado en los
laboratorios científicos donde se logró materializar a entidades desencarnadas.
La mente es la guarida del deseo y del ego.



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